En una iniciativa polémica, la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, está distribuyendo vodka y otras bebidas alcohólicas financiadas por los contribuyentes a personas sin hogar que padecen de alcoholismo, con el objetivo declarado de “mejorar su salud general”. Este programa, que se estima cuesta alrededor de 5 millones de dólares al año, está siendo implementado por la Fundación de Atención Médica de California.
El modelo, conocido como “programa controlado de alcohol”, es administrado por personal de enfermería capacitado en refugios para personas sin hogar o en hogares de transición. Consiste en la distribución limitada de alcohol, con el propósito de prevenir los efectos potencialmente mortales de la abstinencia de alcohol, como convulsiones y lesiones.
Según reporta The San Francisco Chronicle, las enfermeras reparten 50 mililitros de vodka o licor, 150 mililitros de vino o 355 mililitros de cerveza tres o cuatro veces al día como parte de este programa.
Aunque se argumenta que esta medida busca ‘mejorar’ el estado de los participantes y reducir las estancias hospitalarias y las intervenciones policiales, algunos críticos como Adam Nathan, presidente de la junta asesora del Ejército de Salvación de la ciudad, cuestionan su efectividad. Nathan expresó su preocupación en un tuit: “Proporcionar drogas gratis a los drogadictos no resuelve sus problemas. Simplemente los prolonga. ¿Dónde está la recuperación en todo esto?”