Un grave incidente sanitario ha sacudido a Río de Janeiro, Brasil, luego de que al menos seis pacientes trasplantados recibieran órganos infectados con VIH. Las autoridades locales calificaron la situación como algo “sin precedentes”, y las investigaciones revelan que el laboratorio privado responsable del error habría falsificado los resultados de los análisis.
“Esta es una situación sin precedentes. El servicio de trasplantes del Estado de Río de Janeiro siempre realizó un excelente trabajo y, desde 2006, salvó la vida de más de 16.000 personas”, declaró la Secretaría de Salud del Estado de Río de Janeiro (SES-RJ) al medio local G1.
Los órganos infectados provenían de dos donantes, y el laboratorio Lab Saleme, contratado por la Secretaría de Salud en diciembre de 2023, es señalado como el responsable. El error ocurrió porque los análisis de serología no se realizaron adecuadamente, según investigaciones iniciales. Este laboratorio fue contratado en una licitación de emergencia valorada en casi 2 millones de dólares.
Medidas tras el incidente
Ante la gravedad de los hechos, la Coordinación Estatal de Trasplantes y la Vigilancia Sanitaria clausuraron el laboratorio, mientras que la Policía Civil y el Consejo Regional de Medicina de Río de Janeiro abrieron investigaciones. La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) descubrió que el laboratorio no contaba con kits para realizar los análisis de sangre, lo que llevó a sospechas de que los resultados emitidos pudieron haber sido falsificados.
El primer caso fue detectado el 10 de septiembre, cuando un paciente trasplantado de corazón acudió a un hospital con síntomas neurológicos y dio positivo al VIH, algo que no presentaba antes de la operación. Tras ese hallazgo, se identificaron otros pacientes que recibieron riñones, hígado y una córnea, todos provenientes de los mismos donantes y también contaminados con el virus.
Las investigaciones continúan, y desde el 13 de septiembre, las pruebas de serología han sido realizadas por el laboratorio estatal Hemorio, que también examinará el material almacenado de otros 286 donantes para evitar nuevos casos.
Este incidente ha encendido las alarmas en el sistema de salud brasileño, mientras se busca depurar responsabilidades y asegurar que los protocolos de seguridad se cumplan rigurosamente en futuros trasplantes.