En un diálogo abierto transmitido a través de la red social X, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, compartió sus aspiraciones y desafíos para el país, destacando su compromiso con un desarrollo sostenible y la resistencia que enfrenta por parte de la oposición política y de la comunidad internacional.
Bukele expresó su anhelo de no solo lograr el pleno desarrollo de El Salvador durante su mandato, sino también de dejar un camino de progreso y prosperidad que sea irreversible. El mandatario subrayó la importancia de evitar retrocesos en los avances alcanzados, particularmente por la posible vuelta al poder de la oposición política.
“Quiero ver un país desarrollado, y desarrollado de la manera correcta, y que podamos ser un ejemplo para el mundo”, afirmó Bukele durante el conversatorio con miles de personas de la región latinoamericana.
El presidente advirtió sobre los intentos de la oposición política de revertir las transformaciones impulsadas por su gobierno, especialmente de cara a las elecciones presidenciales y legislativas programadas para el 4 de febrero. Destacó que la elección será crucial para determinar si los votantes respaldan la continuidad de su administración o permiten el regreso de partidos tradicionales como ARENA y el FMLN.
Bukele señaló los desafíos enfrentados al implementar cambios y transformaciones sociales en El Salvador, destacando la resistencia a nivel nacional y las influencias externas que buscan interferir en las decisiones soberanas del país. El presidente mencionó específicamente la financiación de organizaciones internacionales, lideradas por figuras como George Soros, para influir en la política local de naciones en desarrollo, calificando estas acciones como “nocivas” para países como El Salvador que buscan superar el subdesarrollo.
El mandatario también denunció la oposición de organismos internacionales, incluyendo Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a las agendas de desarrollo independientes de naciones pobres.
En conclusión, Bukele reafirmó su compromiso de seguir impulsando cambios históricos en El Salvador y resistir las presiones externas que buscan revertir los progresos logrados, subrayando su objetivo de dejar un legado de desarrollo irreversible para el país.