La Central de Abastos de El Salvador, ubicada en Soyapango, se ha consolidado como el principal eje de distribución directa entre los productores agrícolas y los consumidores del país, bajo un modelo que elimina intermediarios y garantiza el acceso a alimentos frescos, locales y a precios accesibles.
Según explicó Berta Alicia Rodríguez Servellón, subgerente de la Central, la operación sigue el principio de que “todo va de la casa del productor a la casa de los salvadoreños”. La logística del centro se activa a partir de las 2:00 a. m. y se mantiene operativa hasta las 10:00 p. m., permitiendo que los productos cosechados lleguen al día siguiente a mercados, restaurantes y hogares de todo el país.

Este modelo logístico ha tenido un impacto directo en la producción nacional, como lo demuestra el caso de Aldo Cantor, agricultor del Bajo Lempa, quien destacó los beneficios de este sistema:
“Nuestro negocio creció y ahora genera trabajo tanto aquí como en la zona productora”.

La Central de Abastos recibe a unos 8,000 visitantes diariamente, entre consumidores finales, pequeños comerciantes y propietarios de restaurantes que encuentran en sus instalaciones una opción eficiente y económica para adquirir hortalizas, granos, frutas, lácteos y otros productos esenciales de la canasta básica salvadoreña.
El sistema también fomenta la estabilidad de precios para el consumidor y mejora el ingreso de los agricultores, que reciben el valor real de su producción sin que este se diluya en cadenas de intermediación.

Al facilitar este enlace directo entre el campo y la ciudad, la Central promueve la seguridad alimentaria, la generación de empleo y el dinamismo del comercio local, posicionándose como un actor estratégico en el fortalecimiento del tejido productivo del país.



