El gobierno de México, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzaron un acuerdo para el despliegue de 10,000 soldados mexicanos en la frontera norte, con el objetivo de detener el flujo de fentanilo y de inmigrantes ilegales hacia EE.UU.
Sheinbaum anunció la medida a través de sus redes sociales, destacando que se logró tras una “buena conversación” basada en el respeto mutuo. “México reforzará la frontera norte con 10,000 elementos de la Guardia Nacional de forma inmediata para evitar el tráfico de drogas, en particular fentanilo“, señaló la mandataria.
En contraparte, Washington se comprometió a colaborar en el combate al tráfico de armas de alto poder hacia México. “Nuestros equipos empezarán a trabajar hoy mismo en dos vertientes: seguridad y comercio“, indicó Sheinbaum.
Una conversación amistosa y acuerdos clave
El presidente Donald Trump, por su parte, confirmó el acuerdo en un mensaje publicado en su cuenta de Truth Social, destacando que fue una “conversación muy amistosa“. “Acabo de hablar con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y ella aceptó enviar de inmediato 10,000 soldados mexicanos a la frontera“, afirmó Trump.
El mandatario explicó que los soldados tendrán un rol específico en detener el flujo de fentanilo y de migrantes irregulares. Asimismo, anunció una pausa en los aranceles del 25 % que había implementado recientemente sobre las importaciones provenientes de México y Canadá.
Negociaciones y próximos pasos
Ambas partes acordaron un periodo de un mes para negociaciones, lideradas por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y los secretarios del Tesoro y Comercio, Scott Bessent y Howard Lutnick, junto con representantes de alto nivel del gobierno mexicano.
“Espero participar en esas negociaciones con la presidenta Sheinbaum, mientras intentamos lograr un acuerdo entre nuestros dos países“, concluyó Trump, destacando su disposición a encontrar soluciones conjuntas.
El acuerdo refuerza la cooperación bilateral en temas prioritarios como seguridad, comercio y migración, en medio de tensiones previas generadas por las medidas proteccionistas anunciadas por Trump bajo la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia.