El gobierno de China ha implementado una serie de iniciativas para enfrentar el preocupante aumento de la obesidad, tanto en adultos como en niños, con el objetivo de promover la conciencia pública sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable y reducir los factores de riesgo asociados a esta condición.
Según un informe de la Comisión Nacional de Salud (CNS) de 2020, el 34.3 % de los adultos chinos padecen sobrepeso y el 16.4 % son obesos. Se estima que, de no tomarse medidas drásticas, para el año 2030, las tasas de sobrepeso y obesidad en adultos podrían llegar al 65.3 %.
Este problema afecta también a los menores de edad. Las estadísticas indican que alrededor del 19 % de los niños y adolescentes entre los 6 y 17 años y el 10.4 % de los menores de 6 años presentan sobrepeso u obesidad.
“La obesidad se considera un desencadenante importante de una variedad de enfermedades crónicas, como la diabetes y el cáncer”, señaló un portavoz de la CNS, destacando la gravedad del problema. Esta condición representa un obstáculo para alcanzar las metas de salud a largo plazo, como el proyecto China Saludable 2030, que busca aumentar la esperanza de vida promedio a 79 años para ese año.
Entre las medidas adoptadas, se ha creado un centro de control de peso con el fin de mejorar la capacidad de los centros médicos privados para diagnosticar y tratar la obesidad. Además, el enfoque en medicación, cirugías y cambios en el estilo de vida es clave en el tratamiento de esta condición.
La CNS también lanzó en febrero un conjunto de pautas dietéticas para ayudar a la población a elegir alimentos más saludables y adaptar recetas a los hábitos alimenticios de diversas regiones del país, como parte de la estrategia para reducir los índices de obesidad.