La noche del 10 de abril pasado, los agentes de la Policía Nacional Civil fueron informados de la existencia de armas de fuego en un restaurante de comida rápida ubicado en la Calle Chiltiupán de Ciudad Merliot, en Santa Tecla.
Al llegar, ingresaron al lugar con una orden de registro y le pidieron a Gilmar Isaac Cruz Ángel, empleado del establecimiento, que los acompañara y abriera su casillero. Al hacerlo, sacó dos pistolas y aproximadamente 93 municiones, sin contar con el registro legal para portarlas.
Como resultado de estos hechos, fue acusado y condenado por el delito de tenencia, portación o conducción ilegal o irresponsable de armas de fuego. El Juzgado Primero de Paz de Santa Tecla, en un proceso sumario, valoró las pruebas durante la audiencia y determinó la condena del individuo a 12 años de cárcel.
Durante el proceso se reveló que, después de realizar pruebas balísticas a las armas, se determinó que una de ellas había sido utilizada en el asesinato de Carlos Durán, un empresario del transporte público que fue asesinado el 5 de abril en la Colonia El Milagro del Cantón Botoncillal en Colón, La Libertad. Este caso lo lleva otra sede judicial.